UNA MADRE AGOTADA
Diario "La Nueva España"
26 de Febrero de 2015
Laura Collado. Oviedo Agotada. Así me siento hoy, ayer, antes de ayer. Así me siento yo, pero también todas las familias de niños con TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad) y, ¿por qué no decirlo alto?, todas o la mayoría de las veces nosotras, las madres. Pero si nos sentimos todas así, ¿por qué hay tan poca gente que nos entienda?
¿Por qué en cada cambio de tutor tenemos que volver a contar el tipo de trastorno que sufren nuestros hijos y el tipo de adaptaciones que le vendrían mejor? Todo esto, con buenos modales, alabando una y otra vez su comprensión, apoyo (aunque en muchas ocasiones sea nulo), para que el trato hacia nuestros hijos sea lo más comprensible posible.
Esto anterior, personalmente, es lo que más me agota; porque veo muy injusto que nosotros tengamos que estar semana sí, semana no recordando a unos profesionales lo que nuestros hijos necesitan para poder llevar el curso más o menos normal. Pero creo que los maestros tampoco son del todo culpables de nuestra desesperación, porque son muy pocos, por no decir casi ninguno, los que de verdad están formados sobre las adaptaciones que necesitan los niños con TDAH.
¿Por qué no son obligatorios los cursos de formación sobre este tipo de trastornos? ¿Por qué no es obligatorio llevar a cabo el protocolo de actuación (que tanto han tardado en diseñar desde la Consejería)? Puf...
Estoy agotada, porque es muy duro ver día tras día cómo tu hijo vuelve del colegio con la agenda en blanco, porque se le ha olvidado apuntar lo que han dado, y nadie se lo ha recordado, y, claro, tengo que ideármelas con mis apuntes para repasar por nuestra cuenta lo que creo que más falta le hace. Si preguntaran por separado a cada familia de TDAH qué hacen por las tardes, todas coincidirían en responder: estoy sacando otra vez Primaria, Secundaria.
Estoy agotada porque cuando tu hijo te pregunta: "mamá, ¿por qué yo no tengo tiempo para jugar como mis amigos?", tú tienes que inventarte una historia sobre el esfuerzo y su fruto (que la mayoría de las veces no lo ven). O: "mamá, ¿por qué cuando llego a clase se me olvida lo que estudiamos ayer?".
Estoy agotada porque es muy duro escuchar de la boca de tu hijo: "Mamá, ¿por qué no soy inteligente?".
Estoy agotada porque es muy difícil que no te salten las lágrimas al final del día cuando escuchas : "Gracias, mamá, y perdóname" (aquí es cuando de verdad sientes que te estás esforzando).
Estoy agotada, porque es muy duro ver cómo la consejera de Educación del Principado está tan ocupada (tendrá tanto lío con la educación de sus hijos como yo) que no tiene tiempo para escuchar lo que nosotras, las familias, queremos transmitirle sobre lo que solicitamos para la educación de los niños con TDAH. Seguro que está ocupadísima, por eso siempre manda en su lugar a personas cercanas a ella. Pero, ¡no! No queremos eso, queremos verla y entrevistarnos personalmente con usted, porque seguro que sabe escucharnos y entendernos como nos merecemos (o eso creo yo).
Con todo este agotamiento quiero terminar diciendo bien alto: soy feliz y esto nada ni nadie lo va a cambiar. Y si de verdad queremos a nuestros hijos les tenemos que transmitir que todo lo que se propongan lo pueden conseguir.
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